Al ser adultos esta capacidad parece perderse, conforme pasa el tiempo nuestra visión parece estar sumergida en medio de esquemas muy definidos por nuestro entorno, que evitan ver las cosas de otra forma. Esto nos hace que la visión extrañada sea poco frecuente en nuestra vida adulta, pero no imposible de sentirla. Esta puede ser muy gratificante, ya que al sentirla nos enriquece, despierta nuestros sentidos, y es vívida cuando viajamos a un lugar distante, nuestros sentidos se abren a múltiples posibilidades, nos permitimos ver, oler, tocar, oír, degustar cosas distintas a lo habitual y no solo eso, damos paso a abrirá nuestra mente a las hipótesis, a las conclusiones , nos permitimos ser libres, damos paso la apertura a lo nuevo, a lo distinto, a lo desconocido y sin darnos cuenta también despierta nuestro sentido creativo.
Es entonces cuando no hay un limite en lo que creemos que es, si no lo que conduce a ello
Afirmar -un zapato es un zapato- se cuestiona ¿será cierto que solo es un zapato?, es muy lógico que dicho cuestionamiento suene extraño y quizás si hasta absurdo, pero así es como se rompen esquemas.
Hay que plantarse:
– Un zapato, ¿puede ser más que solo un zapato?
Si no conociéramos que es un zapato seguramente trataríamos de definirlo con lo más parecido en nuestro entorno, buscaríamos relacionarlo según su forma, así mismo las posibilidades de su función.
La creatividad forma parte de cada uno de los seres humanos ,el desarrollo de ella depende de la apertura a ello, es posible ser creativos y esto explicaría en gran medida como es que la creatividad innova y crea nuevas ideas. Nuevas formas de ver lo que ya se ha visto.
Un objeto visto de forma extrañada tiene mil posibilidades, dar la libertad a nuestra creatividad es una herramienta que podemos usar a nuestro favor.
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