Para muchas culturas y en muchos los países si no es que en todos, se acostumbra que cuando alguien fallece se lleven flores para el difunto, estas se ponen cerca del ataúd como señal de respeto por parte nuestra hacia el que ya partió al más allá, pero alguna vez nos hemos preguntado ¿a que se debe esta costumbre?
Se tiene registros históricos que esto proviene desde la antigüedad cuando los muertos se dejaban en espacios abiertos durante días para que estos pudieran ser velados por sus dolientes, y además de esto se pidiera por sus almas y un buen viaje hacia el más allá.
Estamos hablando de épocas remotas en donde no se tenía una ciencia avanzada y mucho menos un conocimiento exacto del cuerpo humano, por lo tanto las técnicas de embalsamiento eran precarias y en algunas ocasiones inexistentes, es por esto que los muertos eran depositados al intemperie y pasadas algunas horas el cadáver entraba en descomposición soltando olores realmente desagradables pero sobre todo la descomposición era más acelerada en época de calor.
Es por esto que cuando se estaba velando un muero se acostumbraba a prender inciensos y se cubría el cuerpo del difunto con una gran cantidad de flores, sobre todo las que mayor olor dieran, como las rosas que son de un fuerte olor y esto se empleaba justamente el uso de flores para aromatizar el ambiente y que no fuera desagradable el estar cerca de la gente que se quería.
Con el pasar de los años y el avance en las técnicas de embalsamiento y preservar por un mayor tiempo sin que el cuerpo del difunto se descompusiera, se quedo la costumbre de las flores, pero ahora se hacía como una muestra de cariño hacia el muerto y sus dolientes y no solo en los días donde había muertes, sino por ejemplo en México se emplean también el día que se conmemora a los muertos los días 1 y 2 de noviembre en donde se acostumbra llevar flores a las tumbas de personas que ya no están con nosotros.
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