Es muy común hacerlas a los pequeños por que inconcientemente nos gusta la risa de los niños, si se hacen suavemente pueden resultar placenteras, pero en una intensiva dosis pueden resultar realmente desagradables, pues pueden ser un clásico tipo de ligue con l persona que nos gusta, hasta una terrible tortura.
Las cosquillas no son otra cosa que una reacción de autodefensa del organismo, esto hace que el organismo reaccione ante situaciones de peligro por ejemplo prevenir la picadora de un alacrán el cual nos hace cosquillas cuando cae sobre nosotros cuando estamos durmiendo.
Esto produce una señal por las estimulaciones de los receptores de la dermis, los cuales viajan hasta dos zonas de nuestro cerebro, la primera conocida como “corteza somatosensorial” la cual es la que procesa el tacto y la segunda señal hacia la “cingulada anterior” la cual es la responsable de gestionar la información agradable; así que lo que sucede es que las neuronas de esta área realizan una respuesta casi inmediata en forma de bruscos movimientos corporales y una risilla nerviosa difícil de controlar. Lo verdaderamente extraño de esto es que si estas reacciones interfieren en la regulación de los músculos involuntarios que controlan nuestra respiración pueden causar espasmos e incluso nos pueden llevar a la asfixia.
Algo más que pueden ocasionar las cosquillas por la cuestión del estrés que producen es un fallo cardiaco, esto siempre y cuando la persona padezca un fallo cardiaco o una dolencia en el corazón. Aunque esto es realmente extraño en cuanto a casos clínicos generalmente esto no pasa del enfado de las personas mientras se retuercen de risa.
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